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Se citan vía watsapp y, quien puede, se apunta. Es mejor no salir nunca solos.
Sílvia Vancells no lo duda. Es día de ir a nadar al mar. “Una vez dentro del agua, Albert capitanea el grupo y toma la iniciativa de la ruta a seguir. Cris no deja de hacernos unas fotos increíbles y agudiza su ojo buscando animalitos en el fondo del mar. Con Vanessa nos vamos pasando el parte de cómo nos encontramos cada vez que hacemos una parada”, narra esta vecina de Badalona. Forma parte del grupo Nedadors de Cadaqués, con 200 integrantes. Lo único que, cuando no puede ir hasta el Alt Empordà, queda con los miembros que son de su ciudad para nadar en el litoral barcelonés.
Els Pelagies, en honor a su obsesión por las medusas, es el nombre de otro grupo de nadadores del Poblenou y Gràcia, que cada semana se lanza al agua desde la playa de Bogatell. “Muchos nadábamos antes en la piscina, pero cuando cerraron por el Covid la gente se animó a salir al mar”, explica David Trilla. El Mediterráneo ofrece buenas temperaturas todo el año y un gran número no han vuelto al poliderpotivo: “Es un chute de adrenalina. Es impresionante la de peces que pueden verse en Barcelona a 150 metros de la playa. Esto no se paga con dinero”, exclama.

Miembros de Radikal Swim hacen un previo calentamiento antes de salir a nadar, esta semana en la Platja de Sant Sebastià de la Barceloneta. / Ferran Nadeu
Las grandes no pican
“Cuando tocas una bolsa de plástico en medio del mar sí que te llevas un susto. En cambio, las medusas grandes como lámparas no pican, aunque tocarlas no es agradable. Lo que más puedes temer es que te dé una rampa”, explica.
Este fin de semana el grupo tiene una cita marcada en rojo en su calendario: la Radikal Ocean52, la travesía en aguas abiertas más popular en España, que tiene lugar en Llafranc. Unos 1.800 participantes recorrerán 2, 3 y 7 km. La organizadora, Radikal Swim, ha habilitado 50 embarcaciones de apoyo en el agua y 40 kayaks. “En la primera Radikal éramos 150 personas”, recuerda Gerard Alemany, director del club y uno de los mejores nadadores de aguas abiertas de España.

A punto de salir el sol por el horizonte, los miembros de Radikal Swim se preparan para nadar en la Platja de Sant Sebastià, en la Barceloneta. / Ferran Nadeu
Volver al origen
“El nombre de Radikal viene de raíz. Nadar en el mar es como volver a nuestros orígenes. Nos hemos alejado de él y de los beneficios que nos aporta”, explica. La asociación, muy conocida entre los aficionados por ser de las primeras, realiza una o dos salidas mensuales a la Costa Brava, la Daurada o el entorno de Barcelona. Pueden reunirse entre 30 y 70 personas, también en invierno, que nadan en grupos según su ritmo. «En las primeras salidas, en 2010, quedábamos cinco nadadores”, recuerda Alemany. Aunque muy pronto la organización empezó a crecer y a impartir entrenamientos por niveles, así como sesiones de perfeccionamiento.
Alemany insiste en la importancia de ir mejorando poco a poco, de usar boya, ponerse neopreno cuando no es verano e ir acompañado. Antes de salir, hay que consultar la previsión del tiempo y el mar. Y, ya en el agua, nadar en espacios libres de embarcaciones. En Barcelona, solo en verano unas boyas delimitan la zona protegida para el baño. “Cada vez más gente nada todo el año. Debería poder hacerlo sin poner en riesgo su integridad”, reclama Alemany.

Las boyas delimitan la zona libre de embarcaciones, por donde los nadadores pueden ir con total seguridad. / Ferran Nadeu
Boyas en invierno
Con ese ánimo, se solicitó en el pleno el pasado abril mantener las boyas dispuestas en verano durante todo el año. “Las aguas abiertas han llegado para quedarse”, coinciden desde el Ayuntamiento de Barcelona. El consistorio asegura que su intención es trabajar con los clubes y todos los actores para encontrar la mejor solución y «dar un paso más para que este deporte crezca con seguridad«.

Radikal Swim recomienda siempre nadar en aguas abiertas en compañía. / Ferran Nadeu
Beneficios del mar
Numerosos estudios remarcan sus beneficios: “La natación es un excelente ejercicio cardiovascular y aeróbico que no daña las articulaciones”, destacan desde Radikal Swim. El trabajo de coordinación, equilibrio y el movimiento repetitivo lleva a “una activación cerebral a la que se suma el impacto de estar en el mar» que, según las investigaciones, “reduce la hormona del estrés, el cortisol”.
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