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África es un continente extraordinariamente diverso en términos culturales y lingüísticos. Se estima que se hablan al menos 1250 a 2000 lenguas africanas distintas. Estas lenguas pertenecen a diversas familias lingüísticas, y algunas de las familias más grandes incluyen las lenguas afroasiáticas, las nígero-congoleñas, las nilo-saharianas y las khoisan. Pero ¿alguna vez escuchaste que hablaran español?
Para empezar a desglosar esta nota, veamos primero cuáles son los idiomas que se hablan en el continente africano:
- Árabe: Se habla en varios países del norte de África, como Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto y Sudán. También es una lengua importante en varias naciones del África subsahariana.
- Suajili: Ampliamente hablado en el este y el sureste de África, es la lengua oficial de Tanzania y Kenia. Además, se utiliza como lengua franca en partes de Uganda, Ruanda, Burundi y la República Democrática del Congo.
- Hausa: Predominante en Nigeria y se habla en varios países de África Occidental.
- Yoruba: Hablado principalmente en Nigeria y Benín.
- Igbo: Otro idioma importante en Nigeria.
- Amárico: La lengua oficial de Etiopía.
- Zulú: Hablado en Sudáfrica, especialmente en la provincia de KwaZulu-Natal.
- Xhosa: Otra lengua relevante en Sudáfrica.
- Francés, Inglés y Portugués: Debido a la historia colonial, estas lenguas europeas son habladas en varias partes de África como lenguas oficiales o de instrucción.
- Swahili (Suajili): Además de ser hablado en el este y el sureste de África, también es una lengua vehicular en algunos países de la región.
¿Y el español?
Según se sabe, no fue hasta 1858 que España retomó el interés en el Golfo de Guinea, estableciendo la hispanización a través de misioneros claretianos en la década de 1880. Aunque la enseñanza del español se extendió en la década de 1930, su implantación fue lenta y desigual, coexistiendo con otras lenguas nativas y criollos como el fa d’ambó o annobonés y el pichinglis.
En 1968, Guinea Ecuatorial declaró oficialmente al español como idioma oficial, pero durante el régimen de Francisco Macías Nguema, las iglesias fueron cerradas y el uso del español fue prohibido hasta 1979. Actualmente, el español coexiste con el francés y el portugués, aunque estas dos últimas lenguas no han alcanzado la misma expansión e influencia que el español.
La complejidad lingüística de Guinea Ecuatorial se refleja en la convivencia de doce lenguas para una población de poco más de un millón y medio de habitantes. Además del español, se mantienen siete lenguas nativas, el fa d’ambó y el pichinglis. Esta diversidad lingüística ha dado lugar a particularidades en la pronunciación y el uso del español en el país.
La influencia de las lenguas nativas y las circunstancias históricas han moldeado el español guineano de manera única. La fonética y el léxico del español se entremezclan con el pichinglis, creando palabras híbridas. La dificultad para diferenciar entre ciertos fonemas, como la ‘s’ y la ‘z’, y la adaptación de los tiempos verbales son algunas de las características distintivas del español guineano.
La enseñanza del español antes y después de 1968 también ha dejado su huella, generando diferencias en la forma de hablar. La prohibición de las lenguas vernáculas en las escuelas, con el objetivo de preservar la «pureza» del español, influyó en la forma en que los hablantes se relacionan con el idioma.
Este coctel lingüístico ha dado lugar a un vocabulario rico y peculiar en Guinea Ecuatorial. Palabras como «abacería,» «aguacate,» «calderilla,» «castizar,» y «guachimán» reflejan la fusión de significados y la adaptación local del español.
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