Tragedia…es una palabra insuficiente para describir lo sucedido a la familia afectada por una fumigación. Aún no salgo de mi asombro. El grave hecho es que han muerto una madre joven y su bebita de pocos meses de nacida. Su esposo y su pequeño en estado delicado. La sociedad está impactada, sobrecogida y triste.
En un país donde ponemos candado después de que nos roban… algo así podía pasar. ¿Cómo es posible que haya libre venta de sustancias tóxicas y que no haya que tener una licencia para poder aplicar un insecticida con capacidad para afectar al ser humano.
Todos sabemos de lugares donde se puede adquirir desde veneno para comejen hasta el de hormigas que están prohibidos en otras latitudes por su alto potencial de toxicidad.
Todos conocemos de los famosos «polvitos blancos» que se venden en la Duarte para las cucarachas y el famoso «3 pasitos» para acabar con los ratones que de paso se ha llevado algunas mascotas. En fín, la gama es amplia y suenan las historias de mil casos que han pasado desapercibidos.
Conocemos de casos casi fatales por el uso indiscriminado de insecticidas de uso «doméstico» que se promueven en todos los medios sin hacer énfasis en su potencial mórbido.
No hay quien deshaga lo sucedido, más sí podemos «trancar el juego»… detener el desorden, establecer responsabilidades y aplicar un régimen de consecuencias que evite nuevas situaciones como la vivida.
Tanto el Ministerio de Salud Pública como el de Medio Ambiente tienen un rol clave que jugar para regular y fiscalizar el expendio de estas sustancias.
Se me ocurren algunas acciones a priorizar:
1) Sólo deben venderse estos productos a personal entrenado en su manejo y reglamentarse sus usos. No basta que tengan una pequeña calavera en la etiqueta.
2) Promover que el control de plagas se haga de formas ecoamigables que eliminan los riesgos a las personas.
3) Exigir que las fumigaciones en edificios y lugares cerrados públicos o privados sean avisados con tiempo de tomar medidas preventivas y que sean realizadas por personas o compañías certificadas para hacerlo.
Mientras esto se cumple, oremos por consuelo y paz para esta familia en su tiempo de dolor. EPD
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