
El Metro de Santo Domingo se supone que debe estar al servicio del ciudadano de a pie.
Sin embargo, en el caso de la extensión denominada Línea 2C, que avanza hacia su fase final de construcción, llegar caminando a las futuras estaciones es, hasta el momento, una travesía peligrosa. Todo indica que esa situación no cambiará cuando el sistema entre en funcionamiento.
A lo largo del nuevo tramo de la línea 2, al menos 25 columnas del Metro bloquean por completo las aceras, lo que anticipa serias dificultades para los peatones.
Estación en Los Alcarrizos (Pablo Adón Guzmán)
La estación del Metro de Los Alcarrizos, en los planos, proyecta ser la más moderna: contará con estacionamiento para vehículos, servicio de autobuses y conexión con el Teleférico.
Pero para quienes lleguen caminando, el panorama es distinto. El cruce peatonal presenta una acera con una altura superior a los 20 centímetros, y para alcanzar la estación es necesario bajarse a la calle al menos dos veces, en tramos sin semáforos y rodeados de un laberinto de divisiones de concreto que distribuyen el tránsito.
Para poner el problema en contexto: internacionalmente se consideran aceras accesibles aquellas con un ancho libre de obstáculos de 1.50 metros y, en zonas de alto tránsito, entre 2.00 y 3.00 metros. La altura del bordillo no debe superar los 15 centímetros, y en las esquinas debe haber inclinaciones suaves al nivel de la calle, con un desnivel máximo de 2 centímetros.