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Andreas Christensen ya no siente dolor en el pie izquierdo después de dos años. Eso es una noticia. Una buena noticia para el defensa danés y para el Barça, que está a punto de recuperar un efectivo para afrontar la media temporada que queda. Como si fuera un fichaje, habida cuenta de que Christensen solo ha jugado 26 minutos. Los últimos 26 minutos de la primera jornada: para aguantar el 1-2 del Valencia-Barça.
Christensen ya ve la luz después de tomar el túnel de Oresund, que luego se convierte en puente y comunica Dinamarca con Suecia. Un cirujano sueco ha dado con la solución definitiva que ha eliminado el dolor del tendón de Aquiles que le ha atormentado prácticamente desde que llegara a Barcelona en 2022.

Andreas Christensen sustituye a Pau Cubarsí en el Valencia-Barça de Mestalla de la primera jornada. / Javi Ferrándiz
Todas las terapias conocidas
El futbolista se sometió hace tres semanas a una pequeña intervención quirúrgica, de carácter ambulatorio, y este lunes le han retirado los puntos, según ha desvelado la cadena Viaplay de Dinamarca. El tratamiento que seguía en Barcelona para curarse de la tendionopatía del pie izquierdo, que prácticamente era crónica, no surtía el efecto deseado. Se había podido rebajar la inflamación del tendón de Aquiles, pero no erradicar por completo el dolor.
Después de haber probado todas las terapias y todos los procedimientos en Sant Joan Despí, Christensen acudió al especialista sueco, que detectó el problema. Mediante una incisión, le retiró dos pequeños tendones del tendón de Aquiles que mantenían viva su tortura y, por tanto, la incapacidad del futbolista para regresar en condiciones. Hansi Flick le quiere libre de cualquier molestia, como ha sucedido en las dos temporadas precedentes en las que no pudo rendir al completo a las órdenes de Xavi Hernández.

Christensen, en el Barça-Valencia de la pasada campaña, uno de sus últimos partidos. / Valentí Enrich
Dos años de dolor
Christensen disputó 32 de los 53 partidos de la campaña 2022-2023 (18 completos), en la que sufrió un esguince en el tobillo izquierdo y luego una rotura en el sóleo de la misma pierna. En la anterior (23-24) jugó 42 de 53, pero solo 11 completos. En la primera mitad del curso apenas podía encadenar dos partidos seguidos; en la segunda mitad, ni siquiera acabar uno. Todo por la dichosa tendinopatía.
Flick conocía la problemática de Christensen. Habló con el zaguero danés y le emplazó a que dedicara todo el tiempo que necesitara para recuperarse. El técnico y el club han tratado de atenuar la ansiedad por volver del futbolista, que cumplió en abril 28 años, emplazándole a que no se precipite. Ni se preocupe por su continuidad en la plantilla, pese a que el contrato está vigente hasta 2026.
Christensen apenas podía encadenar dos partidos seguidos en la primera mitad de la temporada pasada; en la segunda mitad del curso, ni siquiera acabar uno.

Christensen, durante el partido ante el Mónaco en la última edición del Joan Gamper. / Dani Barbeito
Sin problemas de ‘fair play’
“Es un jugador fantástico y quiero que esté al cien por cien y ayudarle para que lo esté. Y no sólo al 60 por ciento», explicó Flick el pasado 23 de agosto, seis días después del estreno en Valencia y un día antes del Barça-Athletic. Christensen ya no entró en la convocatoria. Desde entonces, ha permanecido en la enfermería y entrenando en solitario. Ahora irá incrementando el ritmo y la carga de trabajo sin dolor, con lo que las perspectivas de su reaparición se han acelerado. Su entorno cree que en diciembre ya estará a disposición de Flick.
El club ha garantizado a Christensen que no habrá ninguna limitación burocrática ni económica para que vuelva a jugar pese a que, según algunas versiones, se liberó parte de su ficha al darle de baja para que hubiera dinero del fair play para inscribir a Dani Olmo. El internacional danés cuenta con vivir una larga estancia en Barcelona.
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