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«Raphinha parece otro». La frase es de Luis García, el entrenador del Alavés. La reflexión que podía barruntar si analizó todos los partidos anteriores del Barça la corroboró el domingo. En sus propias carnes. No marcó ningún gol el brasileño, pero fue el agitador del encuentro, piedra angular del rotundo triunfo azulgrana (0-3).
García repitió una frase que habrán pronunciado miles de culés al ver al nuevo Raphinha si se le compara con el de los dos anteriores cursos. La percepción es, sobre todo, visual. Del intervencionismo del futbolista en el juego, de la actividad que despliega con y sin el balón.
Los números corroboran la proyección que despunta el rendimiento, examinado con el rigor de los 58 millones más 9 en variables que costó su fichaje procedente del Leeds en 2022. De los más caros del último lustro, en sana competencia con Ferran Torres (55 más 10 al City).

Raphinha celebra su gol al Young Boyns en el partido de Champions disputado en Montjuïc. / Jordi Cotrina
La creciente influencia de Raphinha no procede de su motivación, sino del sitio que ocupa en el campo. «Las dos últimas temporadas jugué más en banda derecha, y lo que más ha cambiado ahora es mi posición”, sostiene Raphinha, refutando así una supuesta indolencia durante la era Xavi.
«Al inicio cuando el míster me habló para cambiar de posición, no lo recibí nada bien»
«Las ganas de jugar bien y de ayudar siempre han sido las mismas», añadió después del partido frente al Young Boys, cuando marcó su sexto gol de la temporada. Anotó tres ante el Valladolid y dos frente al Villarreal. Seis goles en 11 partidos, 10 titularidades.
«Al inicio, cuando el míster [Hansi Flick] me habló para cambiar de posición, no lo recibí nada bien», reconoció esta semana el delantero en declaraciones a Globoesporte, en Brasil, donde se encuentra convocado con la selección.

Lewandowski recibe las felicitaciones de Raphinha, que le dio dos pases de gol. / Vincent West / Reuters
Izquierda, derecha y centro
«Para hablar de verdad, seis meses atrás yo no estaba con la cabeza abierta para tener que adaptarme a otra posición. Yo estaba empeñado en querer jugar en mi posición de origen. Aunque tampoco es realmente así. Cuando yo comencé mi carrera, desde los equipos de la base hasta los primeros años de profesional, yo jugaba por la izquierda», precisaba. Luego pasó a la derecha, «un puesto en el que me sentí más cómodo», entre otras razones porque la salida del regate le dirigía hacia la parte central, y no la línea de banda, y la proyección hacia el área le brindaba un mejor ángulo de tiro.

Raphinha celebra el segundo gol durante el partido de champions league entre el FC Barcelona y el Young Boys. / JORDI COTRINA
Cifras mejoradas
El primer año en el Barça (22-23) sumó 10 goles en 50 partidos (el segundo artillero del equipo, empatado con Ansu, por detrás de los 33 de Lewandowski) y el año pasado, 10 en 37 partidos (Lewandowski con 26, y Ferran y Fermín, con 11 le antecedieron). La producción goleadora vino reforzada con la asistencial: 12 y 13 pases de gol, respectivamente.
Este año lleva 5 asistencias, las tres últimas a Lewandowski, que también han rehabilitado la figura del polaco, igualmente discutido al final de la pasada campaña. El ritmo de goles y asistencias ha aumentado en tres meses, y Raphinha batirá sus mejores registros. El brasileño niega que la buena racha sea fruto del azar, sino del trabajo que acompaña a una ubicación más favorable para atacar la portería rival.

Raphinha, en el Barça-Young Boys disputado en Montjuïc. / Jordi Cotrina
Los decentes números que escribió Raphinha en las dos campañas anteriores no le apartaron de la bruma de la rumorología para ser traspasado. El club quería cobrar una cantidad aproximada a la que gastó, como mínimo, que cubriera lo que quedaba por amortizar. No hubo comprador, y Raphinha no quería ser enterrado en vida en el desierto de Arabia Saudí. Y si hubiera llegado Nico Williams, el gran objetivo del club el pasado verano, su futuro se habría ennegrecido aún más.
El ‘factor Flick’
La llegada de Hansi Flick colocaba la vara de medir a cero. Para todos. Raphinha se incorporó tarde procedente de la Copa América que disputó con Brasil, pero eso no le impidió conquistar la titularidad en cuanto sonaron los clarines de la competición. Cubierta la banda derecha por el brillo constante de Lamine Yamal -a su llegada compitió con Ousmane Dembélé– entre Raphinha y Flick han encontrado otro acomodo en una posición que no existía antes: la de mediapunta central.
Lo que también obliga al brasileño, más exigido para el esfuerzo en la presión y para ofrecer líneas de pase a todo el equipo, no solo a los próximos del carril derecho. Haber sido elegido el cuarto capitán libremente por sus compañeros indica el grado de relevancia del delantero para el vestuario.

Raphinha, en el partido del Barça ante el Alavés en Mendizorroza. / FCBARCELONA
Líderes de verdad
«Yo creo que el liderazgo, de hecho, no aparece para quien está fuera. Pero quien está dentro del vestuario, quien convive día a día, sabe quiénes son realmente los líderes. Ahí dentro, los jugadores acaban inconscientemente viendo quién es un poco más líder que el otro», explicó el extremo zurdo en Brasil, feliz por haber recuperado el status de jugador importante en la selección y saber que será titular en los siguientes compromisos.
«El hecho de ser escogido capitán del Barça también viene un poco por mi manera de ser, de intentar estar bien siempre con todo el mundo, con los más nuevos, con los más viejos»
«El hecho de ser escogido capitán del Barça también viene un poco por mi manera de ser, de intentar estar bien siempre con todo el mundo, con los más nuevos, con los más viejos… No es ser tratado de una manera especial, pero sí ser tratado bien o de sentirse confortable y cómodo para poder realizar tu trabajo», confesaba Raphinha, el nuevo y viejo Raphinha, que cumple su tercera campaña en el Barça. Nunca duró tanto tiempo Raphael Dias Belloli en sus anteriores: dos años en el Vitoria Guimaraes (2016-18), uno en el Sporting de Lisboa (18-19), uno en el Rennes (19-20) y dos en el Leeds (20-22).
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